DE LO ARTIFICIAL A LO MEDIADO

Joaquín García Vicente

Lo artificial no existe. Si algo podemos decir es que se trató de una ilusión. La división moderna naturaleza-artificio resultó útil durante cierto tiempo pero las consecuencias que trajo consigo la han invalidado de manera permanente: por una parte, la grave crisis ecológica que atravesamos desde la segunda mitad del siglo XX sin una resolución clara y, por otra, el desmantelamiento del mito del desarrollo económico y su capacidad ilimitada para generar riqueza y bienestar. Por tanto, nos negamos a disponer sólo de una opinión discutible y particular (Artificial) sobre una realidad indiscutible y universal (Naturaleza)1. Bruno Latour propone una redistribución de poderes más democrática que la doble cámara moderna en su libro Políticas de la naturaleza. En él se plantea la creación de un colectivo que convoque a todos aquellos agentes humanos, tecnologías y naturalezas involucrados para alcanzar acuerdos duraderos y así poder convivir.

Cada agente no se define únicamente por sí mismo, también por las relaciones que entabla con multitud de otros agentes. Por ejemplo, para considerar las praderas de Posidonia Oceánica dentro de este colectivo, por una parte deberemos conocer que están formadas por una planta acuática, endémica del Mediterráneo, con raíces, tallo rizomático y hojas cintiformes que viven cerca de la superficie. También tendremos en cuenta las relaciones que establece con otros agentes que le afectan. Así, su existencia viene determinada por: [Naturalezas] un intervalo de temperatura del agua, composición de suelo y especies invasivas; [Humanos] prácticas que se realizan en su entorno como explotaciones de acuicultura, fondeo de embarcaciones recreativas o pesca de arrastre; [Tecnologías] tratados de protección internacionales, organizaciones territoriales, unidades de vigilancia motorizadas, control de recuperación por muestreo GPS. Además la Posidonia establece relaciones con agentes a los cuales afecta: reducen la erosión de la costa ya que frenan la corriente marina, son el hogar de numerosas especies animales que encuentran cobijo entre sus hojas y afectan estéticamente a las playas turísticas debido a los arribazones que llegan a la orilla.

¿Qué papel juega la Arquitectura si no el de interfaz del colectivo?

Por supuesto, no debemos ser ingenuos y pensar que la arquitectura ha venido a salvarnos. La arquitectura no soluciona, todo lo contrario, explicita los conflictos. Esto no tiene por qué ser traumático ya que al visualizarlos permite, en el mejor de los casos, que los agentes convocados lleguen a un acuerdo que les permita convivir.

La diferencia vendría en la concepción de estos objetos arquitectónicos. Los antiguos objetos arquitectónicos modernos2 se definen por sus contornos claros y precisos que vienen a responder a un objetivo claro con la máxima eficiencia posible. Una vez el objeto arquitectónico ha sido concluido, los artífices del mismo desaparecerán, pasarán a ser invisibles. Después, las consecuencias que traen consigo estos diseños se consideran debidas a diferentes “factores sociales” o a “aspectos irracionales” y no a su definición primera. Por supuesto, tampoco existe una retroalimentación donde los autores extraigan conclusiones de malfuncionamiento y modifiquen en consecuencia las propiedades de sus objetos. Ejemplos de este tipo de objetos serían la Unité d’Habitacion de Le Corbusier, Robin Hood Gardens de los Smithson, o la reciente Ciudade da Cultura de P. Eisenman.

¿Qué propiedades han de tener los nuevos interfaces?

A los nuevos interfaces se les observan rugosidades, deformaciones, formas rizomáticas, contienen nebulosas, límites difusos; Tentáculos los vinculan una y otra vez con numerosas realidades tan poco estables como ellos (controversias). Sus autores se muestran con sus aptitudes y sus complicaciones, sus instrumentos y sus talleres. Estos interfaces no provienen de un mundo de los objetos para aterrizar en una realidad ajena, si no que los diferentes agentes involucrados han pertenecido a su código genético desde su concepción. Y ya, todos esperamos sus consecuencias trágicas, pero como un acontecimiento optimista que nos permite reconfigurar de nuevo los diseños según las dinámicas del colectivo. No hay interfaz de mediación si no es en una permanente versión beta descargable para su evaluación.

De la línea al degradado.

De la frontera al Margen.

De la precisión a la complejidad.

De la catástrofe a la evaluación.

Del automóvil al drone.

Del Material al Campo.

De lo delimitado a lo deforme.

De lo claro a lo monstruoso.

De la especialización a la resilencia.

Del programa a la proposición.

Del usuario al agente.

De lo artificial a lo mediado.

 

 

 

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